Anoche tuve la suerte de poder asistir al concierto de David Demaría correspondiente a la gira Posdata en su paso por Algeciras. Y me sorprendió ver como un par de chicas que estaban delante mía pasaron la hora y media que duró el concierto apenas sin mirar hacia el escenario. La única misión de esas chicas allí era chatear con la Blackberry. Y digo yo, ¿para qué habían pagado los 25€ que valía la entrada si no iban a echar cuenta de los que ocurría?.
Lo peor de todo es que no es el único caso que conozco. También he visto gente en el cine que no mira la película, e incluso personas que quedan a comer con amigos y en vez de charlar con ellos se dedican únicamente a mirar la Blackberry o el Whatsapp. Es decir, es gente que está descuidando sus aficiones y sus relaciones sociales para tener contacto únicamente a través del móvil o las redes sociales. Y esto puede ser un poco preocupante.
Que nadie se equivoque: en este artículo no estoy diciendo que esté en contra de las redes sociales o los smartphones. Es más, no sólo no estoy en contra, sino que soy bastante aficionada sobre todo a las primeras. Pero las redes sociales son un invento estupendo cuando complementan las relaciones de la vida "real", no cuando las sustituyen.
Así que mi consejo es que si un día ves que cuando vas al cine o sales con los amigos estás más pendiente de la pantalla de tu móvil que de ellos, apagues el teléfono inmediatamente. Prueba a estar un día entero sin teléfono y sin conexión a Internet. Se puede sobrevivir, es decir, puede ser que sea incluso gratificante. Luego, al día siguiente, vuelve a encender el smartphone y verás como lo único que te interesa no es lo que pone en esa pantalla.
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