Cada vez son más los almacenes de archivos "en la nube", es decir, que en vez de tener nuestras cosas guardadas en el disco duro de nuestro ordenador las tenemos en un servidor que nos ofrece un espacio, en algunas ocasiones de forma gratuita y en otras mediante pago. Hay quien se fía de la nube y quién no, yo la uso para ciertas cosas pero siempre prefiero tener alguna copia de seguridad de mis datos almacenada en algún otro lugar.
Y es que independientemente de la posibilidad de que esos datos se pierdan, hay una pregunta que muchos se hacen. Si subimos los datos a la nube, ¿siguen siendo nuestros o son propiedad del dueño del servidor?. Somos nosotros los que los hemos subido, pero al fin y al cabo ellos son los dueños del espacio. Y seamos realistas, el 99% de nosotros no lee las condiciones de uso antes de darse de alta en ninguno de los servicios que encontramos online.
Para explicar un poco todo esto, pongamos el ejemplo de una sentencia que ha salido recientemente en EEUU. Una discográfica demanda a una web porque en el espacio de algunos de sus clientes había música que se podía descargar sin pagar derechos de autor. La sentencia ha deducido que el verdadero culpable es el usuario que las cuelga, pero que si el servidor la detecta debe borrarla. Por lo tanto, también tiene algo de derecho sobre ella.
Así que la conclusión a la que podemos llegar es que los archivos que subimos a discos duros online son teóricamente nuestros, pero realmente nadie nos garantiza que, por necesidad o simplemente por gusto (no todas las webs son igual de fiables) al dueño del servidor no le pueda dar por borrarlos. De modo que esa es mi recomendación: datos en la nube, sí, pero copia de seguridad "terrenal" también si no queremos llevarnos un disgusto.
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