De hace un par de años para acá se ha estado hablando mucho de que las series de televisión se están convirtiendo en el principal referente de la ficción audiovisual, pasando por encima del cine. Puede haber muchas razones para ello que no voy a entrar a discutir ahora (aunque os invito a que me deis vuestras hipótesis en los comentarios), pero yo voy a hablar de las posibilidades de acceder a unas y otro a través de Internet.
Y es que una parte importante del público ya prefiere acceder a los contenidos desde su ordenador. En la televisión tenemos que atenernos a unos horarios, y el cine, tanto en salas como en DVD tiene un coste económico que muchos no pueden o no quieren asumir. Por lo tanto, cada vez más el público prefiere contenidos a los que pueda acceder fácilmente a través de Internet, y lo cierto es que ahí las series juegan con ventaja.
Pongamos por ejemplo el caso español. La mayoría de las cadenas de nuestro país nos permiten ver sus series de producción propia de forma gratuita desde sus propios portales. A cambio, nos cuelan algún que otro anuncio de vez en cuando, pero siempre muchos menos que en sus emisiones en televisión. El método es al fin y al cabo el que siempre han usado las cadenas en abierto: contenidos gratis que quedan pagados por la publicidad.
Y en el cine, sin embargo, no encontramos nada parecido. Hay servicios como Netflix que son legales pero de pago, y sitios como PelisYonkis que son gratis pero "alegales". Por lo tanto, si te sientas delante del ordenador dispuesto a ver algo, siempre es más fácil una serie que una película. Esto, unido a que cada vez menos gente tiene paciencia de pasar dos horas delante del televisor viendo cine, y a la gran calidad de las producciones televisivas actuales, está haciendo que las series estén usurpando el lugar del séptimo arte.
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