Hoy día no es ninguna novedad decir que Twitter es el lugar perfecto para la autopromoción. La red social nos sirve para promocionarnos profesionalmente y, en el caso de los personajes conocidos, también para estar en contacto con sus fans. Pero también es el lugar perfecto para las meteduras de pata, y hay ejemplos de sobra que lo confirman.
El otro día yo misma que me quedé alucinando después de ver al actor Eduardo Casanova (Fidel en Aída) llamar cobardes a quienes no querían financiar sus cortos y, lo que es casi peor, asegurar que muchos de los que hacen cine en este país son unos mediocres. Sin dejar de reconocer que algo de razón tiene, este chico no debería olvidar que además de aspirante a director también es actor. Y yo, desde luego, no llamaría para una película a un actor que me ha llamado mediocre en público.
Pero hoy he leído acerca de una metedura de pata aún más grande. Y es que a Justin Bieber por lo visto le pareció muy divertido inventarse un número de teléfono y decirle a sus fans que era el suyo y que lo llamaran. Con la mala suerte de que ese número pertenecía a otra persona, que lógicamente lo ha denunciado.
Pero vamos, no es necesario irnos a los famosos para ver meteduras de pata. Esta semana, entre las elecciones en Andalucía y Asturias y la huelga general hay una gran cantidad de usuarios que nos han dejado los timelines llenos de verdaderas burradas. Porque yo respeto cualquier tipo de idea política siempre y cuando se hagan desde el respeto, y estos días he leído cosas (tanto de un bando como de otro) que se sale completamente de lo que se puede considerar el sentido común.
Y es que Twitter es una herramienta estupenda para comunicarse, pero hay que usarla con un poco de cabeza. Así que si no queremos que nuestra presencia en las redes sociales nos perjudique, tendremos que pensar antes de tuitear.
Vaya panda de imbéciles todos.
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