Sin ser excesivamente aficionada a los videojuegos, y menos aún a las aventuras gráficas, hoy voy a dejar en este blog un lugar para la nostalgia. Porque aunque las horas que pasé en mi adolescencia jugando delante de una pantalla no fueron demasiadas, la mayor parte fueron gracias a este Monkey Island que seguro que muchos recordáis.
El juego narra la historia de Guybrush Threepwood, un chico que llega a la isla donde transcurre la historia deseando convertirse en un pirata. Sin embargo, la idea no será tan fácil como él había imaginado, y para conseguirlo tendrá que superar una serie de pruebas que se van resolviendo conforme va avanzando el juego.
Superar estas pruebas era un poco (bastante) rebuscado. Tanto que creo que pocas personas se habrán pasado el Monkey Island sin ayuda externa. ¿A quién se le ocurre porque sí recolectar unas flores para luego utilizarlas para envenenar a unos perros sin que nadie se lo haya dicho?. Además, en esa época aún no teníamos Internet, así que nada de buscar en foros, la ayuda para pasar el juego era a través del boca a boca.
Pero probablemente lo mejor del juego eran las luchas con espada. Para vencer a los piratas, había que responder con insultos ingeniosos, que eran los que realmente ganaban las batallas. Así que en cuanto jugábamos unas cuantas veces teníamos en nuestra memoria una ingente cantidad de insultos piratas estupendos.
Todo ello con una calidad gráfica que ahora nos daría risa. Pero ni falta que nos hacía más. Todos hemos pasado muy buenos ratos jugando al Monkey Island y seguro que como yo muchos lo recordáis hasta con cariño.
Jejeje no tengo ni idea de este videojuego, ¡pero lo recomiendo!
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