Bendito sea el opio del pueblo






Dicen que el fútbol (o el deporte en general) es el nuevo opio del pueblo. Dicen que no nos importa que España haya tenido que recurrir al rescate mientras la selección juega la Eurocopa. Que nos duele que le roben un reloj a Nadal y no que nos roben a nosotros. Y si os habéis dado una vuelta por Twitter estos días habréis leído varias opiniones de este tipo.

Y es que desde el fin de semana hasta aquí la selección de TT ha estado dividida entre temas políticos y deportivos. La Eurocopa y la final de Roland Garros han competido en cuanto a relevancia en las redes sociales con Rajoy y el rescate. Pero el deporte casi siempre se impone. Muchos piensan que es una vergüenza, yo creo que no es tan malo.

Porque sí, estamos pasando por momentos muy duros. Y ante los malos momentos hay dos opciones: lamentarse las 24 horas del día o, con la preocupación justa y normal por las cosas, intentar disfrutar de las pequeñas alegrías. Y los que, a pesar de la situación, nos alegramos de las victorias de Nadal o de la selección estamos en el segundo grupo.

Claro que me preocupa lo que está pasando en España. Tengo casi 28 años, mi sueldo está por debajo del salario mínimo y no puedo plantearme independizarme porque no me daría para pagar un alquiler. Vamos, que me toca en primera persona. Pero creo que si apago la tele y me dedico a quejarme mientras juegan Nadal o Casillas no soluciono nada.

El deporte es lo único que nos da en estos momentos alegrías a los españoles como país. Y creo que, precisamente por lo que estamos pasando, esas alegrías son necesarias. Así que, si el deporte es el opio del pueblo, bendito sea.

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