Antes de empezar este artículo reconoceré que no soy muy fan de los productos Apple. Me parecen buenos, sí, eso no lo discuto, pero también pienso que son extremadamente caros, y que una parte de ese dinero está pagando calidad, pero otra muy importante está pagando marketing. Y eso es lo que opino también del nuevo MakBook Pro.
Aunque se esté presentando en estos momentos, las características que ya conocemos de él son impresionantes. 5 millones de píxels de resolución de pantalla y la posibilidad de usar Siri en español son las dos características quizá más llamativas. Si a eso le sumamos que su grosor es casi la mitad del modelo anterior (que ya era bastante fino) se convierte en un equipo muy atractivo.
Pero ahora viene el jarro de agua fría: su precio será de 2.200 dólares, lo que equivale a más de 2.000 euros. Vamos, que hace falta el sueldo de dos meses (o de más para la mayoría en los tiempos que estamos) para hacerse con uno de estos ordenadores. Completamente prohibitivo para gran parte de nosotros.
Que probablemente la calidad lo merezca, no digo yo que no. Pero también tendríamos que plantearnos el uso que le vamos a dar al ordenador. Y creo que hay muy pocas personas que realmente necesiten un equipo de 2.000 euros para sus utilidades diarias. Y como capricho me resulta excesivamente caro.
Seamos realistas, la mayoría usamos el ordenador para mirar el correo y el Facebook y trabajar con Word o con Excel. Y, por bueno que sea, no es necesario en absoluto gastarse más de 2.000 euros en un equipo para eso.
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